Cuando la discrepancia entre control percibido y deseado es grande, así como la ansiedad resultante, comenzamos a idear formas de control que nada tienen que ver con el resultado que queremos conseguir: Tocar madera, de alguna forma palia ese deficit, haciéndonos sentir más al mando y reduciendo la ansiedad.
Paula Collazo
Graduada en Psicología por la Universidad de Salamanca. Ponente en congresos nacionales e internacionales y autora en diversas publicaciones en el área de psicología de la salud. Colabora en distintos proyectos de investigación como revisora en revistas científicas indexadas.