Empezamos el mes de noviembre y ya empieza a notarse la proximidad de las navidades. Los anuncios, las películas navideñas, los productos más típicos, las luces en la ciudad… Se acerca esa época en que, más allá de las películas de Hollywood y de los eslóganes típicos, aparecen muchas opiniones y emociones contradictorias. Y esta es una buena oportunidad para reflexionar sobre lo que está pasando.
La Navidad es una época todos responderíamos más o menos las mismas frases sialguien nos preguntara: “Es una fiesta para estar en familia”, “La Navidad es para compartir y hacer el bien a los demás”, “Son unas fiestas felices” y hasta el famoso “vuelve, a casa vuelve por Navidad”.
Sin embargo, existe otra realidad. Para muchos las Navidades es una época triste, temida por muchos, odiada por otros y en las que incluso se incrementa el número de suicidios.
¿Qué pasa entonces en estas fechas que pueden generar emociones tan extremas en las personas? Esto es justo lo que me gustaría plantear en estas líneas, aunque sea tan solo arañando algunas razonesí.
Uno de los principales problemas se encuentra en toda la publicidad y en todas esas frases que tan bien conocemos. Ponemos unas expectativas altísimas de lo que deben ser las avidades. Están más idealizadas de lo que la realidad ofrece, porque ¿qué pasa si falta alguien de mi familia?;¿qué pasa si estoy lejos?; ¿qué pasa si me llevo mal con mi familia? Lo que termina pasando es que nos sentimos raros, como si no fuéramos normales, ya que no somos capaces de conectar con el “espíritu navideño”.
Como son unas “fechas para la familia”, se hace más patente la falta de alguien (como cuando un ser querido ha fallecido y ya no está con nosotros), convirtiendo estas fechas en un momento penoso en donde el sentimiento predominante es la tristeza, aumentando la sensación de que lo que me pasa no es normal y que los demás en estas fechas son “más felices”.
A veces no es por la falta de nadie, sino porque en muchas ocasiones las reuniones familiares, más allá de esas imágenes de gente sonriendo alrededor de un pavo, se convierten en campos de batalla y en explosión de asuntos pendientes, volviendo con ello a la sensación de no ser capaces de sentir la Navidad como debería ser.
Llegados a este punto… ¿Qué podemos hacer? Queda claro que las Navidades no dejan indiferente a nadie y parece que el principal problema es la idealización de estas fiestas. Es importante para poder superar estas fechas (y esto va dirigido no a aquellos que verdaderamente la disfrutan, sino a esos otros de los que normalmente no se habla y a los que dirijo este artículo) es importante entender qué son y qu.e no son las navidades:
- Las navidades no tienen porqué ser una época feliz. Dependerá de nuestra situación y de nuestras experiencias.
- Las navidades no son siempre familias felices. Es importante no idealizar. Nuestra familia es la misma que el resto del año y esperar que sea todo diferente en fiestas es motivo de más de una decepción.
- La Navidad es un periodo que nos lleva a la reflexión. Nos lleva a estar agradecidos por lo que tenemos o a darnos cuenta de lo que nos falta. Es un buen momento para recordar, para volver a tener presente a quien ya no está. Pero el que vivamos tristeza estas fechas no nos hace raros. Sólo nos dice que echamos de menos
En definitiva, ya te gusten o no las navidades, nos ofrece una oportunidad de reflexionar sobre muchas cosas. Pero la clave para superarlas de una forma sana es cuidarnos de creer que en las navidades todo tiene que ser perfecto.
Licenciado en Psicología.
Master en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense de Madrid. Psicólogo colaborador de la Clínica Universitaria de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid