Enfrentarse a un adolescente en el domicilio supone un gran reto que muchas veces hace necesario acudir a la consulta de un profesional para poder entender, negociar, limitar y llegar a una funcionalidad familiar que suele perderse con el inicio de la adolescencia.
Hay que destacar que cada vez la adolescencia se adelanta; lo que antes se iniciaba sobre los 14 años y que llamábamos edad del pavo ahora empieza en muchas ocasiones sobre los 11 y 12 años.
Los adolescentes se caracterizan por presentar cambios corporales, hormonales y por tanto de humor y costumbres, así que lo primero que nos encontramos son:
- Cambios físicos asociados a la adolescencia
- Un baile hormonal, que hace que muchos estén cansados o que aparezcan olores indescriptibles…
- Cambios de humor y mucha rebeldía en un intento de ser un adulto independiente
Los problemas asociados a los cambios hormonales o al desarrollo físico y psicosexual se suelen estabilizar y pasarse, o controlarse, en un plazo de tiempo corto, pero hay otros aspectos comunes al adolescente, por la necesidad de independencia, de separarse emocionalmente y crecer en sus propias convicciones que pueden aparecer y ser mucho más latosos. Os dejamos algunos ejemplos de cosas que son habituales en casa:
- Los horarios: el adolescente tratará de establecer siempre un horario más generoso que el que se ha negociado
- Desgana generalizada: ya no encuentran la motivación en cosas que antes sí tenían: estudios, deporte, obligaciones, orden…
- Higiene: aquí vamos a encontrar 2 extremos: o bien los que eluden la ducha diaria o lavarse el pelo y los que entran en ataques de limpieza y se duchan 2 y 3 veces al día, ante el mínimo sudor
- Faltas de respeto en un intento de imponer un criterio diferente
- Cuestionamiento de valores: lo que incluye también cuestionamiento de ideales, religión, costumbres familiares…
- Preocupación excesiva por la imagen corporal, que puede generar muchos problemas en el caso de no cumplir los estándares esperados para su edad o tener una baja autoestima
- Falta de estructura en horarios, hábitos, costumbres
- Empieza la conducta probatoria y con ella los primeros contactos con el alcohol, el tabaco y quizá otras sustancias
- Pensamientos extremos: es habitual encontrar simbología nazi, xenófoba y pensamientos homófobos
Aparte de lo cotidiano, lo que genera más conflicto en el hogar es el constante desafío a las normas y las costumbres que acaban en discusiones eternas porque el adolescente busca entender qué motiva a sus progenitores a permitir o prohibir determinados comportamientos, aspecto que suele cansar mucho al adulto al verse inmerso en discusiones inacabables de manera cotidiana.
Nuestra recomendación siempre es empezar por lo básico; llegar a unos acuerdos mínimos que se puedan cumplir y a los que el adolescente llegue de manera razonable y así poder ir incrementando la dificultad de los mismos a partir del cumplimiento, que genera control.
Os solemos aconsejar no entrar en argumentaciones y contra-argumentaciones, dejar establecidos los límites de la negociación de manera previa y no tener que pactar cada movimiento de los adolescentes.
Y siempre comprensión: aunque parezca que no, os quieren y os respetan. Recordad que es una fase, que hay una parte de humor ligada al cambio hormonal y que a veces ellos no saben si van o vienen.
Os recomendamos consultar con un profesional si:
- Aparece aislamiento social extremo
- Caídas de rendimiento escolar muy llamativas
- Aumento de la ira que puede derivar en agresiones por no tolerar la frustración
- Inicio de hábitos nocivos de consumo
- Descontrol en muchas áreas: higiene, orden, horarios, comidas, amigos…
Licenciada en Psicología.
Experto en Terapia de la Conducta Infanto-juvenil y Familiar. Especialista en Atención Temprana. Experto en Clínica e Intervención en Trauma y E.M.D.R. niveles I,II y III. Diplomada en Educación Social. Psicóloga especializada en Duelo infantil y juvenil de la Fundación Mario Losantos del Campo.