En Julio empezamos a oír en todas partes Pokemon Go; desde entonces, algunos padres nos han consultado sobre las ventajas e inconvenientes del juego, trasmitiéndonos en ocasiones el miedo que tienen a que sus hijos pasen demasiadas horas jugando.
Pokemon Go es una aplicación de realidad aumentada que está teniendo una gran repercusión a nivel mundial, habiéndose convertido en uno de los divertimentos preferidos de nuestros menores.
Como en cualquier videojuego o aparato electrónico, un uso adecuado no es dañino, incluso puede resultar positivo. A continuación se exponen algunas de las ventajas que puede tener esta aplicación.
Aspectos positivos
- Es una buena herramienta de socialización.
- Se puede aprovechar el tiempo que le se dedica para pasarlo en familia.
- Es una aplicación en la que resulta necesario andar por diferentes lugares, por lo que se realiza actividad física.
- El juego está diseñado para una continua superación de retos, pudiéndose mejorar así la motivación y autoestima.
- Al tratarse de un mundo virtual, se puede trabajar la imaginación y la creatividad.
Ahora bien, un uso indebido o excesivo puede acabar convirtiéndose en un problema; no se trata tanto del número de horas que se le dedique al juego sino de otros aspectos.
¿Tengo que preocuparme?
Podríamos empezar a considerar que hay un problema si (y no en todos los casos):
- Tiene preocupación o fijación con la aplicación.
- Ha intentado reducir el tiempo o frecuencia de uso y no ha podido.
- Ha perdido el interés en quedar con sus amigos, hacer otros planes, etc.
- Hay repercusiones colaterales como perder algunas amistades o bajar el rendimiento escolar a causa de la aplicación.
- Miente sobre el uso que le da.
- Cuando no está jugando tiene síntomas que no tenía con anterioridad, como cambios bruscos de humor o irritabilidad.
- Aumenta progresivamente el tiempo que le dedica para conseguir satisfacción con el juego.
Tanto si pensáis que vuestro hijo está teniendo algunos de los síntomas que se acaban de especificar como si va a empezar a jugar, a continuación se detallan algunas indicaciones para limitar su uso.
Algunas pautas de ayuda
- Marcar de antemano horarios y zona de uso y respetarlos, es positivo que se acuerde de manera conjunta. Asimismo, se le avisa previamente tanto de las consecuencias positivas del cumplimiento como de las negativas; por ejemplo, hacer una actividad que le guste si se ha cumplido durante toda la semana (en ocasiones basta con un premio/refuerzo verbal como una felicitación) o, si un día se demora 20 minutos más de lo acordado, al día siguiente no jugar.
- Es importante hacerles responsables del tiempo de juego con un reloj o alarma, de tal manera que sean ellos los que regulen el uso; también se puede acordar que se les avisará cuando les queden 15, 10, 5 minutos de juego para que se puedan organizar y cerrarlo a tiempo.
- Hay que tener cuidado de no hacer un uso indebido del mismo. Por ejemplo, en ningún caso habría de utilizarse después de un enfado para calmarle, ya que de esa forma aprenderá que la próxima vez que quiera jugar lo que tendrá que hacer será enfadarse previamente.
- Dependiendo de la edad de los hijos, si no tienen móvil propio, limitar su utilización es más sencillo. Por un lado, no dejarlo en lugares accesibles donde pueda ser usado sin permiso; por otro, preguntarles qué van a hacer con el teléfono cada vez que se les deje.
- Ofrecer otras actividades para el tiempo libre. Con esto, no me refiero a que los niños tengan que estar en constante actividad, sino que cuando se observe que hay un riesgo de que se vayan a pasar toda la tarde jugando o no sepan qué hacer, es bueno ofrecerles alternativas tanto dentro como fuera de casa.
Si de esta forma no se logra que se haga un buen uso de la aplicación, sería bueno acudir a un profesional para informarse y, si fuera necesario, examinar el caso concreto y orientar de manera más específica a la familia.
Graduada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad Pontificia de Comillas). Máster en Terapia Cognitivo-Conductual con niños y adolescentes (Universidad Pontificia de Comillas).