Todo lo que hacemos cada día va moldeando nuestro cerebro, porque el cerebro es flexible y vulnerable. ¿Sabías que la materia gris del área de recompensa del cerebro es menor en aquellas personas que consumen pornografía habitualmente?
Así es: el consumo habitual de pornografía termina modificándonos incluso físicamente. Pero no solo eso, es fácil que quien ve pornografía termine metido en una espiral compulsiva de consumo que inevitablemente terminará dañando su persona físicamente, afectivamente y socialmente.
Hoy en día la mayoría de los jóvenes entran en contacto con el sexo por primera vez a través de la pornografía. Diversas investigaciones señalan que a los 14 años, dos de cada tres niños en Estados Unidos han visto pornografía y muchos mediante dispositivos que llevan consigo 24h al día.
Veamos lo que dicen las investigaciones sobre las consecuencias del consumo de pornografía:
Consecuencias a nivel cerebral:
- Al igual que ocurre con otras sustancias adictivas, a la larga el consumidor necesita una dosis mayor para seguir disfrutando de sus efectos. Por ese motivo las personas tienden a buscar contenidos cada vez más fuertes y extremos. Sin embargo llega un momento donde nada es suficiente.
- Ver porno con frecuencia reduce las conexiones nerviosas a nivel cerebral. El cerebro se vuelve vago e incluso se reducen determinadas áreas.
- La persona va siendo cada vez más permisiva con lo que ve de forma que termina normalizando y disfrutando de actos que antes hubiera considerado desagradables, degradantes y poco éticos.
- El consumo habitual de pornografía termina distorsionando la imagen que uno tiene de las mujeres y de las relaciones. Esta distorsión puede afectar al trato directo de las mismas en la vida real. Esto también les ocurre a las mujeres.
Consecuencias a nivel afectivo:
- Aislamiento: La persona se va encerrando en sí misma. Tiene dificultad para compartir con los demás su comportamiento de consumo, especialmente con su pareja. El aislamiento refuerza su refugio en la pornografía por comodidad y consuelo. Los problemas psicológicos van siendo cada vez más relevantes.
- Pérdida de interés por las relaciones sociales y de pareja: La ficción y las fantasías pornográficas terminan haciendo que la persona pierda interés por la realidad. La visión distorsionada de la sexualidad genera una pérdida de satisfacción respecto al aspecto físico de su pareja y al desempeño sexual.
- Se valoran en menor medida la monogamia y el matrimonio, siendo más propensos a la infidelidad con sus parejas.
- Se distorsiona de manera global la imagen de los hombres y las mujeres al reducirlos a meros objetos sexuales.
- La satisfacción sexual se va reduciendo a medida que el consumo continúa, incluso se puede llegar a una ausencia total de relaciones sexuales. La persona se refugia en el mundo virtual de la pornografía.
Consecuencias a nivel social:
- La evolución de la industria pornográfica ha sido masiva desde que en 1953 se publicara la primera revista de Playboy. También su contenido se ha vuelto rápidamente más extremo y gráfico, representando abusos y escenas degradantes y humillantes.
- Hace ya 15 años los ingresos mundiales de esta industria superaban a los de Microsoft, Google, Amazon, eBay, Yahoo, Apple, Netflix y Earthlink juntos.
- Se ha sexualizado el contenido de películas, series, videoclips, anuncios, videojuegos, juguetes… transmitidos en los principales medios de comunicación.
- Tener relaciones sexuales más temprano, con un mayor número de personas, participando en prácticas sexuales de riesgo y una mayor probabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual, son algunas de las consecuencias más comunes que apuntan las investigaciones ante un consumo considerable de pornografía.
- Fomenta el incremento de la trata de personas con propósitos de esclavitud sexual. Se estima que son 21 millones las víctimas implicadas a nivel mundial.
- Favorece fantasías y comportamientos agresivos, que pueden evolucionar hacia el abuso y la agresión sexual de mujeres y niñas. El contenido pornográfico tiene un alto contenido en violencia y las víctimas, en su mayoría mujeres, suelen reaccionar de forma impasible o incluso con aparente placer.
- Pensar que la mujer que participa en el montaje pornográfico consiente lo que vive a pesar de lo denigrante que sea. La persona ignora que muchas de esas mujeres son presionadas o coaccionadas para realizar esas escenas.
Como vemos, las consecuencias que tiene el consumo de pornografía en el ser humano son muy relevantes. Debemos estar informados para poder tomar decisiones realmente libres y así ayudar a otros que no son conscientes del coste emocional y social que tiene el consumo de esta industria.
Podemos encontrar muchos recursos a nuestro alcance para poder hacer frente a la pornografía, así como herramientas educativas para acompañar a los más jóvenes.
A continuación proponemos los siguientes enlaces donde encontrareis distintos materiales que os pueden ayudar a hacer frente a la pornografía.
Psicóloga General Sanitaria. Licenciada en Psicología por la Universidad Pontificia Comillas. Master en Psicología Clínica y de la Salud (CINTECO) y Experto en terapia de pareja. Ha colaborado en asociaciones y empresas como en el servicio de atención a niños y adolescentes en riesgo (ANAR) y en Thinking Psiconutrición.