Por Andrea Sánchez Aparicio.
¿Cómo os imagináis a un niño con altas capacidades? Posiblemente os venga a la mente un personaje de película con una creatividad y un rendimiento académico superior al resto, muy alto en todas las áreas, que provoca que se aburran en clase. Quizás penséis que por su capacidad, recursos intelectuales, sociales y de personalidad son capaces de alcanzar su pleno desarrollo por sí mismos, no siendo necesario que reciban atención en el colegio. O quizás necesitéis deciros aquello de “ya decía yo que algo raro había en el niño desde bien pequeño”.
Pues bien, quien haya pensado en las anteriores respuestas ha acertado en que tienen una capacidad intelectual (un CI) superior a la media y una gran creatividad, pero no en las demás.
Lo cierto es que los niños con alta capacidad necesitan de una motivación que genere un alto compromiso con la tarea. Además, pueden presentar problemas en el desarrollo de carácter emocional, social y académico. No son autosuficientes. Asimismo, es cierto que se pueden detectar en edades muy tempranas debido a determinadas características que hacen sospechar de un desarrollo temprano, pero también se pueden detectar en edades más avanzadas.
Como estos niños pueden presentar determinados problemas que impiden su adaptación a su entorno, es necesario tener en cuenta cómo actuar desde la familia, el colegio y el psicólogo.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que para cubrir las necesidades que presentan estos niños se ha de precisar una coordinación entre el centro educativo y el hogar.
Por un lado, los problemas que presentan pueden deberse a la desmotivación. Hay que destacar que los niños con altas capacidades presentan una motivación intrínseca o interna. Esto quiere decir que toda motivación que provenga del exterior a través de los premios y los castigos puede, según la persona, que no funcione. Además, es mejor que su motivación se deba a una necesidad de hacer ese trabajo; promueve lugares donde se les permita imaginar, crear y proponer ideas nuevas. Permite que alcancen progresivamente el control sobre lo que aprenden, participando muy activamente en el proceso de enseñanza y aprendizaje. El niño con Altas Capacidades necesitará de una planificación con diferentes actuaciones dirigidas a optimizar su proceso educativo.
Es importante ocupar su tiempo libre con actividades variadas para evitar el aburrimiento. No se trata de agobiarlos ni presionarlos a realizar actividades sino proporcionar, desde una perspectiva lúdico-creativa, la posibilidad de profundizar en los ámbitos de su interés. Por ejemplo, si el niño tiene interés por la historia, puede ser gratificante organizar excursiones a museos, a lugares históricos, ver películas sobre acontecimientos que han hecho historia, entre otros.
Desde el colegio, sería recomendable atender los puntos de interés del niño para la estructuración de contenidos. Por ejemplo, modificar la metodología de las asignaturas proponiendo presentaciones de los contenidos, videos u otras formas; ampliar la información del contenido a trabajar y, en caso de que el tema les sea de interés, compartirlo con el grupo o aula.
Desde la familia, además, animarles a analizar sus debilidades y fortalezas, ponerlas en juego y dar una funcionalidad a los contenidos que están viendo en el colegio.
Por otro lado, muchas veces priman los aspectos intelectuales y se olvidan los emocionales y sociales. Y es que la inteligencia intelectual por sí sola no garantiza el éxito en la vida, necesita ir acompañada de la inteligencia emocional.
Se ha demostrado que el ajuste emocional y social modula el funcionamiento en otras áreas de la vida. Por ello, es esencial facilitar el adecuado desarrollo emocional, atendiendo a las posibles hiperexigencias o a la sensibilidad emocional que puedan presentar los niños con altas capacidades. Suelen tener una aguda conciencia de los problemas adultos, pero su poca experiencia de la vida les impide gestionar las preocupaciones que les generan, por lo que necesitarán ayuda para dicha gestión.
Los padres no debéis olvidar que, aunque a veces no lo parezcan, vuestros hijos son todavía niños. Hay que tener en cuenta que no lo saben todo, sino que aprenden de una manera determinada, es decir, siendo capaces de relacionar conceptos con mucha facilidad. Pero también se confunden y, por lo tanto, tienen derecho al error.
Referencias
Alonso, P. Guzmán, R., y Vicente, L. (s.f). Guía para las familias: orientaciones para conocer y atender al alumnado con altas capacidades. https://www.juntadeandalucia.es/educacion/portals/delegate/content/11a5e694-6d28-4133-88a3-a69a58a70846
Bellver, I., (2013). Niños y niñas con altas capacidades intelectuales: pautas para padres y madres. (1ª ed). CEAPA. https://www.orientacionandujar.es/2015/10/01/pautas-para-padres-y-madres-ninos-y-ninas-con-altas-capacidades-intelectuales/
López, B., Martín, M.I., y Palomares, A. (2019). Empoderamiento docente en el ámbito de las altas capacidades intelectuales. mitos y creencias en los docentes de educación primaria. Contextos educativos, 24, 63-76.
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