Por MARTA ARAGÓN CHAMIZO.
Pese a que la mayor parte de los embarazos siguen siendo de gestación única, en los últimos años el número de embarazos múltiples ha aumentado; en la actualidad, uno de cada ochenta. Parece que dicho aumento puede deberse a distintos factores entre los que se encuentran la edad y salud de la madre, la nutrición, la contaminación, cierta predisposición genética o las técnicas de reproducción asistida.
Tanto para los padres como para los propios hijos, tener gemelos o mellizos no siempre es una tarea fácil y puede convertirse en toda una aventura. Según van pasando los años, los mellizos o gemelos tienen que hacer frente a dificultades propias de su condición:
- A lo largo de su desarrollo, estos hermanos deben distanciarse, no solo de sus padres como todos los niños, sino también de sus hermanos mellizos o gemelos. Por lo general, la relación entre ellos va cambiando con los años, sobre todo durante la adolescencia, y va siendo cada vez menos íntima. Pero que esto sea algo frecuente no le resta dificultad.
- En muchos casos, el desarrollo de los gemelos o mellizos no se da al mismo ritmo, lo que hace que esa separación sea todavía más difícil de llevar. Por ejemplo, una de las dos mellizas puede desarrollarse físicamente antes que su hermana, por lo que puede sentirse desplazada al pensarse más infantil.
- Si las comparaciones entre los hermanos son odiosas, como suele decirse, entre los gemelos llegan a serlo mucho más. Puede ser difícil para ellos que la gente los identifique como “uno de los gemelos”, “la gemela mona” o “la gemela tímida”. Esto les dificulta la diferenciación con su gemelo: ¡Ellos también quieren ser personas autónomas y únicas!
- Como todos los hermanos, los gemelos y mellizos también sienten celos de los suyos. Pese a ser algo normal, los celos suelen potenciarse en casos de gemelos o mellizos ya que la falta de exclusividad, unicidad y protagonismo frente a la atención de los padres es todavía mayor. Estos pueden manifestarse a través de rabietas, peleas y comportamientos agresivos, pudiendo incluso afectar al sueño, el apetito y a la sensibilidad de los niños.
Por último, aquí tenéis algunos consejos para padres de gemelos o mellizos adolescentes:
- Dales todo el apoyo emocional que puedan necesitar en los momentos en los que noten que su hermano gemelo/mellizo ya no se lo va a dar porque están más distanciados.
- Intenta, siempre que sea posible, buscar huecos a lo largo del día o de la semana para estar con cada uno de ellos por separado. Como todos los hijos, tanto si tienen hermanos como si no, ellos necesitan sentir que son importantes para sus padres y que estos también quieren pasar tiempo con ellos.
- No solo en la adolescencia sino a lo largo de la toda la crianza, hay que intentar manejar los celos que pueden aparecer entre ellos. Para lograrlo, es importante fomentar su confianza y seguridad interna haciéndoles ver que cada uno de ellos es valioso y querido por sus características personales que puede no compartir con su hermano. También puede ayudar que les hagamos entender los beneficios y privilegios que aporta el tener un hermano gemelo o mellizo, alejando la idea de que su hermano es un rival y fomentando el valor de la amistad. Es positivo que entiendan lo importantes que son el uno para el otro ya que, normalmente, serán las personas más importantes de su núcleo familiar, por delante incluso de sus padres.
- Trata siempre de ver las dos partes cuando haya una pelea para que ninguno de los dos sienta que muestras preferencia por el otro.
- Fomenta el diálogo entre ellos, aunque sea sobre las cosas que les molestan el uno del otro. De esta manera, cada uno aprenderá a diferenciar las peculiaridades del otro.
- El reparto de tareas de la casa debe de ser equitativo para que ninguno de ellos sienta más carga que el otro. Una buena idea es que hagan tareas en equipo.
- Anímales cuando quieran hacer actividades sin el hermano. Esto les ayudará a diferenciarse cada vez más, ganando además en autoestima, ya que se darán cuenta de que pueden valerse por sí mismos, sin el apoyo constante de su hermano.
- Es normal que ya no quieran compartir su habitación. La adolescencia es una fase en la que la privacidad es muy importante, por lo que pueden sentirse invadidos si no tienen su propio espacio. Si no es posible que tenga cada uno una habitación, se pueden buscar espacios comunes que puedan utilizar de manera privada en algunos momentos del día.
MARTA ARAGÓN CHAMIZO
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