Ahora parece que damos por sentado que la obligación de unos buenos padres es hacer los deberes con sus hijos. Desde esta perspectiva, la polémica sobre si los niños tienen o no muchos deberes está servida. No es en esa discusión en la que quiero entrar, sino en la reflexión acerca de a quién corresponde el trabajo escolar como obligación.
No es la primera vez que escribo sobre el tema de los deberes. (Si te interesa, lee este otro artículo en la web de Betania Psicología). Desde mi punto de vista, es obvio que quienes tienen que trabajar son los niños. Son sus deberes, sus exámenes, su organización…. su responsabilidad. Otra cosa, muy distinta, es nuestro apoyo como padres:debemos ofrecerles el marco adecuado para que ellos aprendan a autocontrolarse.
Al hilo de esta cuestión, he encontrado en el blog de Santiago Moll (www.justificaturespuesta.com), 5 excelentes consejos para orientar a los padres en este tema. Aquí los tenéis:
- Saber diferenciar entre los deberes y el estudio. Muchas veces los padres preguntan a sus hijos cuando llegan a casa si tienen deberes para esa tarde y ellos les responden que no. Y en muchos casos es cierto. Los alumnos y los padres comenten el error de identificar los deberes con ejercicios procedimentales como operaciones matemáticas, comprensión lectora, elaboración de esquemas y resúmenes. La pregunta que hacen los padres, por tanto, está mal formulada. No siempre el alumno tiene actividades relacionadas con los procedimientos de las diferentes áreas. Lo que sí es diario es el estudio de lo que se ha trabajado en clase durante la mañana a través de las diferentes asignaturas.
- Pactar lo que se trabajará durante la tarde. Para que la realización de las actividades escolares por la tarde sea efectiva, siempre que se pueda y los padres tengan la oportunidad de estar en casa, deben pactan con sus hijos qué se trabajará durante esa tarde. De esa manera el padre y el alumno comparten la misma información. Resulta muy útil consultar la agenda, pero no siempre hay que fiarse de lo que hay -o lo que no hay- apuntado.
- Pactar el tiempo que se dedicará a la realización de las actividades escolares.Padres e hijos deben pactar un horario razonable para la realización de las tareas escolares. Hay que evitar excederse en el tiempo y dedicarle a estas tareas un tiempo acorde con la carga de trabajo.
- Las actividades escolares las realizan los hijos, no los padres. La carga de trabajo que tienen los hijos debe ser asumida por los propios hijos. Muchas veces los padres se sienten angustiados ya que no poseen los conocimientos necesarios para ayudarles en los estudios. Esto es un error muy común. Por lo general, los hijos están perfectamente capacitados para la realización de las actividades escolares, porque estas ya se han trabajado previamente en clase con la ayuda del profesor. Los padres, puntualmente, pueden ayudar u orientar, pero no deben cometer el error de acompañarles físicamente en su realización.
- Rendir cuenta de las tareas pactadas. Es muy útil que una vez el hijo ha acabado con las tareas de esa tarde enseñe, explique o demuestre lo que se ha trabajado. Por su parte, los padres pueden revisar las tares, hacerles preguntas, darles algunos consejos u orientaciones. Esto supone poco esfuerzo de tiempo y de dedicación y el hijo se siente en el deber de rendir cuentas de su trabajo ante sus padres.
Espero que este post pueda resultar de ayuda tanto a padres como a aquellos tutores que tienen que orientarlos.
Directora del Centro. Licenciada en Psicología.
Máster en Psicología Clínica Infanto-Juvenil y Familiar (Grupo Luria) y Especialista en Estimulación Precoz y Atención Temprana (ACIT). Experto en Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud por la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (Universidad San Jorge, Zaragoza). Terapeuta EMDR NI adultos y niños y adolescentes (Instituto Español EMDR, acreditada por EMDR Europe). Experto en Mindfulness para la intervención clínica y social (COP Madrid, 2018). Especialista en ACT en infancia y adolescencia (MICPSY, 2021)