El TDAH ha sido uno de los trastornos más frecuentemente diagnosticados en niños en los últimos años. Paradójicamente, es muy poco diagnosticado en adultos. Y no porque sea infrecuente (recordemos que es un trastorno crónico), sino porque en ocasiones es difícil reconocer los síntomas.
El síntoma más llamativo del TDAH, la hiperactividad, empieza a mitigarse en la adolescencia. Muchos siguen siendo inquietos: no encajan en trabajos sedentarios, necesitan actividad y siguen moviéndose más de lo “normal”.
Pero sus problemas (laborales y sociales) suelen venir más de su dificultad para terminar tareas, organizar y planificar su actividad o recordar correctamente sus citas y obligaciones. Además, con frecuencia aplazan o evitan actividades que saben que requerirán de una gran concentración.
En Betania Psicología, en Madrid, hemos encontrado un interesante artículo en el que Fernando Torrente y Facundo Manes, ambos miembros de INECO (Instituto de Neurología Cognitiva de Buenos Aires), explican el resultado de una investigación que demuestra que el TDAH en adolescentes y adultos cursa con frecuencia con apatía y falta de interés, síntomas habitualmente no contemplados para el diagnóstico.
Para F. Torrente, citado en psiquiatría.com, la hiperactividad desaparece «pero la desatención y la impulsividad y otras conductas más sutiles, como cambios repentinos de plan, desorganización del pensamiento en el momento de ejecutar acciones cognitivas y motoras continúan. Lo que nosotros planteamos es que hay más que esos aspectos: el TDAH también puede presentarse con falta de motivación. Tanto déficit de motivación intrínseca, que es la generación interna de interés en la búsqueda de una meta, como extrínseca, que es la capacidad de realizar esfuerzos para un logro posterior, a largo plazo. Y eso tiene un enorme impacto en el área educativa y laboral.»
Los investigadores obtuvieron medidas estandarizadas de apatía en sujetos con y sin TDAH. Los resultados mostraron puntuaciones significativamente más altas en personas con TDAH que en el grupo control. Y, dentro de este grupo, las puntuaciones fueron aún más altas para aquellos diagnosticados de TDA tipo inatento puro (aquellos que, teniendo déficit de atención, no presentan hiperactividad).
Facundo Manes señala la importancia del hallazgo: “este trabajo es alentador en el aspecto terapéutico, coincide Manes. Si la motivación está involucrada en parte de las dificultades atribuibles a este trastorno, la posibilidad de mejorar el rendimiento aumentando la motivación se convierte en una hipótesis plausible. Dado que desde el punto de vista psicológico y social la motivación depende de la sumatoria de aprendizajes exitosos a lo largo de la vida y de la influencia del entorno, estos resultados sugieren que los tratamientos psicológicos de tipo cognitivo-conductual utilizados para estas dificultades también pueden ser útiles para aumentar la motivación en estos pacientes a lo largo del tiempo.»
Desde Betania Psicología, os compartimos una más que interesante investigación, que contribuye tanto a la detección y correcto diagnóstico de los adultos con TDA-H, que con tanta frecuencia pasan desapercibidos. como al éxito de su tratamiento.
(Fuente: Torrente, F., Lischinsky, A., Torralva, T., López, P., Roca, M. y Manes, F.: Not Always Hyperactive? Elevated Apathy Scores in Adolescents and Adults With ADHD. Journal of Attention Disorders October 201115: 545-556)
Directora del Centro. Licenciada en Psicología.
Máster en Psicología Clínica Infanto-Juvenil y Familiar (Grupo Luria) y Especialista en Estimulación Precoz y Atención Temprana (ACIT). Experto en Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud por la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (Universidad San Jorge, Zaragoza). Terapeuta EMDR NI adultos y niños y adolescentes (Instituto Español EMDR, acreditada por EMDR Europe). Experto en Mindfulness para la intervención clínica y social (COP Madrid, 2018). Especialista en ACT en infancia y adolescencia (MICPSY, 2021)